Por Estelí Capote Maldonado

Caracas, Venezuela – El cierre del 1er Festiva Mundial de la Internacional Antifacista fue tan apoteósico como la inauguración. El recién juramentado Presidente Constitucional Nicolás Maduro ofreció un profundo mensaje en donde esbozó los ejes de trabajo para este próximo sexenio, no sólo a nivel nacional sino a nivel internacional en el que tanto el pueblo venezolano como la humanidad mundial antifacista serán los actores principales de esta nueva ruta hacia la paz, la prosperidad y la democracia popular y directa. 
 
La paz es un eje-objetivo central que se contrapone a posiciones de guerra y ocupación como la sugerida por el ex-presidente colombiano Uribe, quien – a horas de la juramentación de Maduro – emitió expresiones imperativas dirigidas a la intervención militar de USA a Venezuela. Expresiones que ponen en riesgo la seguridad, no sólo de la ciudadanía venezonala sino también de toda la región latinoamericana y caribeña. 
 
Maduro expresó que el día de la juramentación fue uno de síntesis. “Estoy en todas partes porque en todas partes hay gente que nos ama” resumió poéticamente Nicolás para referirse a ese punto de llegada común para todos los esfuerzos, todas las fuerzas politicas y militares de millones de antifacistas a lo largo de generaciones alrededor del mundo. Hizo incapié en que, en el caso de las gentes latinoamericanas y caribeñas, la naturaleza rebelde y de lucha es herencia directa de nuestra sangre aborígen – caciques y cacicas cuyo espíritu quedó inmortalizado incluso en la versión editada de la historia escrita por los invasores genocidas europeos.
 
Pidió a los más de 2000 participantes mantener presente que los crímenes de la invasión Europa del S. XV son el génesis del facismo nazi y en donde se pretende revivir en el mundo hoy el genocidio, el imperialismo, el colonialismo y el saqueo de los miles de hombres y mujeres que vivían pacíficamente en estas tierras. Además, apuntó que el origen del facismo surge de una concepción en que los imperialistas consideran a las naciones latinoamericanas y caribeñas sus sirvientes. Acentuó que la luz de la humanidad recae sobre los movimientos sociales de Europa y Estados Unidos que viven en las entrañas del monstruo.  
 
Otra parte del mensaje de Maduro estuvo dedicada a esgrimir cómo los imperios buscan dividirnos y divir nuestras organizaciones por medio de la intriga con el fin de someter a nuestros países. Pensando cómo Fidel Castro, Maduro observó que el peligro de ceder en la lucha es regalarle la oportunidad a los imperios de imponerse y que significaría el paso de décadas e incluso siglos antes de que surgiera otra fuerza reivindicadora como la que experiementa hoy Latino América y el Caribe.
 
El mensaje de Maduro culminó afirmando que el 11 de enero – en coincidencia con el natalicio de nuestro patriotra Eugenio María de Hostos – comienza una nueva etapa de la revolución bolivariana. “Somos un bloque. El que dude, venga a Venezuela y hable con el pueblo noble, hable con la gente. No somos líderes tibios, somos la Revolución Bolivariana del S. XXI, Pa’ que respeten a nuestros pueblos.” Por último, exhortó a la comunidad internacional antifacista a continuar perfilando, articulando y construyendo una alianza mundial antifacista
Integrada por fuerzas de diversos signos y a practicar su juramento uniéndose a Venezuela, que junto a Cuba, Nicaragua, y hermanos pueblos del mundo, darán la batalla en la lucha por los derechos históricos de Nuestra Patria Grande: Nuestra América.